domingo, 2 de abril de 2017

Diálogo con Plinio Apuleyo Mendoza



            Es una de las grandes personalidades de las letras latinoamericanas. Me refiero a Plinio Apuleyo Mendoza, periodista de extensa trayectoria, novelista y ensayista, nacido en Colombia hace 85 años. Fue embajador de su país en Italia y Portugal.  Su novela más reciente es “Entre dos aguas”.
             Le conozco desde hace muchos años, y nos hemos visto en diversas ciudades del mundo. Tuve el honor de que presentara mi libro “Figuras de papel”, junto a Carlos Alberto Montaner.  
            Fue amigo entrañable de Gabriel García Márquez, y su biógrafo. Le  conoció jovencísimo, y  ha dicho que fue para él “lo más parecido a un hermano”. Luego coincidieron en París. En “Aquellos tiempos con Gabo”, uno de sus libros sobre el Nobel colombiano, hace una extraodinaria pintura. Y es, también, amigo íntimo de Mario Vargas Llosa, desde siempre. Le he pedido, entonces, que defina a ambos escritores y, ya que estábamos, también a sí mismo. Los relacionó con sus signos astrológicos, por otra parte, lo que fue una sorpresa para mí.  
            Siguen mis preguntas y sus respuestas.

            --¿Como definirías a Gabriel García Márquez?
         --A la hora de definirlo, experimento una gran dificultad. Es obvio, quizás, decir que es uno de los tres grandes novelistas nacidos en este siglo. En su personalidad de escritor intervienen factores tan diversos como su signo astrológico --un Piscis absolutamente intuitivo, doblado de un Tauro muy realista--, la manera fantástica de contar las cosas de doña Luisa, su madre, y un enjambre de influencias literarias que van desde Amadis de Gaula hasta Virginia Woolf, para no hablar de todo lo que le debe a Faulkner. En ningún otro escritor latinoamericano es tan fuerte nuestro mestizaje cultural. Es decir, la huella de culturas marginales, que en la región donde nació, en un pueblito de la costa colombiana, son muy fuertes. Me refiero a los indios de la península de la Goajira o a los descendientes de los esclavos negros. Unos y otros expresan a su manera, en sus relatos y leyendas, un sentido muy extraño de la realidad.
           
            --Cómo definirías a Mario Vargas Llosa?
        --Mario es también un escritor que yo admiro mucho, pero por distintas razones. Para mí es un mosquetero: un hombre vertical, de una verticalidad que raya en la intransigencia cuando se trata de defender principios. Siempre está dispuesto a librar combate por las buenas causas. Y no obstante la espada que siempre lleva al cinto y que desenvaina cada vez que es necesario, tiene humor. Políticamente, comparto ciento por ciento sus ideas. Es un soberbio ingeniero en el oficio narrativo y un gran cronista de nuestra realidad. Creo que la Academia Sueca ha tardado mucho en darle el Nobel, porque es el gran Balzac latinoamericano.
           
            --¿Y cómo te defines a tí mismo?
           --Tal vez la astrología pueda ayudarme a hacer una definición. Soy un Aries (como Mario), con todo lo peligrosamente impulsivo que tienen los Aries, doblado de un Piscis (como Gabo) a quien le debo mi devoción secreta por la literatura. El Aries me mete en líos y tiende a convertirme siempre en un periodista polémico. El Piscis quisiera que el periodismo no frustrara al escritor que llevo dentro desde niño y lo dejase escribir en paz cosas de mayor calado.